En esta instalación vemos una de las posibilidades más recurrentes que las mallorquinas ofrecen a arquitectos en todo el mundo: la cobertura de ventanas en zonas cercanas a la costa que requieren una protección idónea de la mano de una alta durabilidad.
Como se demuestra con este proyecto, las mallorquinas de Giménez Ganga dotan a la fachada de gran belleza y clase, permitiendo controlar la entrada de luz y favoreciendo el aislamiento térmico y acústico.
Un trabajo arquitectónico en una de las zonas más exclusivas del Caribe.
Como elemento de cerramiento, los usuarios ven en estas mallorquinas un elemento de seguridad contra robos, que al mismo tiempo impide la presencia de miradas ajenas.
En este caso, la mallorquina supone además un componente estético que culmina un gran trabajo arquitectónico en una de las zonas más exclusivas del Caribe.